1º Bach. El texto argumentativo (redacción)

De nuevo, os propongo la redacción de un texto argumentivo. Recordad que podemos partir de una estructura inductiva, o bien, deductiva. En el primer caso, en la introducción (el primer párrafo), debéis presentar el tema; en la parte central, los argumentos (cada argumento = un párrafo) y, posteriormente, en la conclusión (el último párrafo), la tesis, es decir, la idea que defendéis con los argumentos ya expuestos. En el segundo caso, la estructura es la misma, pero la tesis ya aparece en la introducción y la conclusión es un resumen de todo lo expuesto.

El tema es "Mérito profesional o ideas políticas".

Para comprender este tema os recomiendo leer el siguiente artículo de opinión de Joan Barril:

Letras no tan pequeñas

JOAN BARRIL

Me perdonarán. Pero este humilde cronista siente una extraña alegría cuando a alguien le dan un premio. A veces hay premios sospechosos, premios dudosos y premios merecidos. Pero siempre he creído que los Oscar son unos premios que, aunque no se acerquen al mérito, sí son tributarios de la verdad. Aunque solo sea porque un actor o una actriz, conocedores de antemano de su galardón, pueden fingir su alegría, pero en los rostros de los otros cuatro denominados se encuentra la verdad de la decepción. Y esa no hay actor ni actriz que pueda fingirla. De ahí que el Oscar a Penélope Cruz forme parte de las pequeñas cosas ciertas.Ni conozco a Penélope Cruz ni forma parte de mi santoral personal. Pero me alegra el Oscar que acaba de ganar. Y no me alegra por el hecho de que sea española, de que sea de Alcobendas o de que haya participado en un filme que lleva el nombre de mi ciudad. Me alegro por ella, porque la fama cuesta y algún día se ha de empezar a cobrar con algo que no sea el dinero. Alegrarse de los éxitos ajenos no nos hace mejores, pero al menos nos cura de la mala sangre que tan a menudo supura por las costuras del controvertido derecho a la opinión. El mundo continuará igual con o sin el Oscar de Penélope, pero sé que alguien, en los próximos días, tal vez se levantará de la cama en una noche de insomnio y acariciará la estatuilla y pensará que los malos tragos de su carrera probablemente valieron la pena. Que el Oscar es tuyo, Penélope. Y ya puedes dejar de tejer y destejer a la espera de que llegue Ulises.
Pero este es un país de mala uva. Anteayer, en la televisión pública catalana y en algunos de esos execrables rediles del insulto anónimo que son los llamados digitales, se podían ver pequeños comentarios enviados por SMS en los que crucificaban a Cruz por cosas tan poco artísticas como ser madrileña o haber participado en la dichosa película de Woody Allen. Realmente, mientras la economía se hunde y la Catalunya real registra un alarmante incremento diario del paro, lo importante sigue siendo sacar pecho patriótico a costa de denostar a una artista. No es un fenómeno nuevo. Fernando Alonso es campeón del mundo de F-1, pero hay gente que no lo puede ni ver. Rafael Nadal es el número uno, pero hay que estar con Roger Federer porque Nadal es del Real Madrid. A este paso, construimos un mundo sentimental en miniatura. Aumentar nuestra autoestima a partir de la negación del éxito del vecino no demuestra una grandeza del alma.Pero volvamos a esos mensajes que se asoman a la pantalla pública. El otro día, Mònica Terribas, defendiéndose de la supuesta "dimisión lingüística" con la que algunos diputados atacaban la gestión de TV-3, vino a admitir que el catalán usado por los profesionales de TV-3 es mejorable. Por supuesto, que todo es mejorable. Y lo primero que es mejorable son esos panfletos sobreimpresos en la pantalla que comunicantes anónimos, invitados por la propia cadena, envían cargados de faltas de ortografía. Eso también es televisión. Eso es también pedagogía del buen uso de la lengua. Lo que sucede es que quien tortura al catalán en un SMS paga 1,20 euros más IVA por minuto, de los cuales una buena parte va a parar a TV-3.O sea, que los profesionales, por lo visto, hablan mal, pero los comunicantes --previo pago-- pueden tener la bula de la cacografía, del insulto y del mal gusto. Díganme botifler, si quieren, pero esa idea de la patria también es mejorable.
El Periódico, 24 de febrero de 2009

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